Renacimiento y Renovación en Invierno
- The Conniest
- 20 jun 2020
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La palabra solsticio se deriva del latín sol "sol"y sístere "permanecer quieto", este momento «estacionario» sugiere un aquietamiento, un tiempo de espera. Un periodo propicio para ir a nuestro interior, para hacer una pausa y reflexionar. Entre el 20 y 24 de junio, se da lugar a la noche más larga y al día más corto del año, debido a que el sol se encuentra en el punto más lejano de nuestro hemisferio, por la inclinación y rotación de la tierra. Es una fecha que marca cambios a nivel físico en el planeta como energéticos, es la fecha del verdadero año nuevo orientado por los ritmos de la naturaleza, y ha sido celebrado por distintas culturas ancestrales por todo el planeta. Después de la pausa, un movimiento hacia el renacimiento, señala el retorno y renovación de la fuerza de la vida. La Luz comienza a crecer de nuevo. Es por esto que muchísimas culturas, desde hace mucho tiempo, han celebrado este momento, llevando la promesa de fertilidad en espera del regreso de la luz y el calor. Por debajo de la Tierra, las raíces conservan la promesa de las futuras ramas. Paulatinamente atravesaremos el Invierno, caminando hacia la Primavera.
En este año 2020, el Sol ingresará al 0° de Cáncer, marcando el Solsticio de Invierno en el Hemisferio Sur el 20 de junio: Cuarentena en casa, observar los ciclos y reflexionar acerca de nuestro Sol. Comienza el año según la cultura ancestral mapuche, y marca la renovación de los ciclos naturales en todos quienes habitan en el hemisferio sur, humanos, animales, árboles, ríos, aves, insectos, océanos y toda la naturaleza en conjunto. La invitación es al reencuentro con la vida en coexistencia con la tierra, naturaleza, espíritus y el tiempo.
Esta ceremonia de acompañamiento de renovación de los ciclos naturales o We - Tripantu en madudungún, significa nueva salida del sola y la luna, data de miles de años, pues responde a la lógica y normativa de la naturaleza y del cosmos, a través del cual los primeros Mapuches asumieron y adaptaron su vida individual y colectiva. En su cosmovisión, el pueblo mapuche observó los ciclos de la naturaleza y crearon su propio calendario basado en 13 lunas y 4 estaciones del año. Pensaban que en este nuevo periodo la tierra comienza a limpiarse con el agua que envía Ngenechén (Dios) a través del Ngen-ko (el espíritu del agua), lo que provocaba un nuevo ciclo y el término del ciclo anterior de preparación del suelo, siembras, cosechas y la naturaleza. Todos debían participar, ya que los adultos, los niños y toda la diversidad de los seres vivos eran beneficiados del Sol, que es el padre que aporta, a través de su energía masculina (opuesta y complementaria a la Tierra femenina) para que se produzcan los alimentos para todos los seres vivos, no sólo a los humanos. Es una fiesta en agradecimiento por la vida que se renueva. La noche más larga es un tiempo fructífero para establecer intenciones: Lo que se concibe ahora puede crecer con el Sol, y ganar impulso en Primavera.
Küme ayiukonpape tüfachi We-tripantu, "Que comience con alegría este nuevo año"
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