Debajo de la Ola
- The Conniest
- 8 jul 2021
- 4 Min. de lectura
Cuando todo parece ir en contra, es difícil continuar y seguir. Muchos cuestionamientos aparecen. Es cierto que todo pasa por algo, pero también es humano dejarse llevar por la falta de fe. Dónde están los amigos? Parecen palabras mayores, pero da la casualidad que en estos tiempos, no es coincidente que la calidad humana parece cuestionable. Me imagino unos años atrás y creo que no me imagine un escenario tan solitario. Cada persona está tan en su rollo que nadie parece tener tiempo para escuchar.
Escuchar parece un arte escaso. La mayoría solo busca ser escuchado, y quienes parecen escuchar, no es más que preparar el discurso de contraataque.
Que difícil el despertar después de esta tormenta llamada pandemia. Algunos hemos aprendido bastante, en un trabajo interno intenso de muchas emociones y de soltares, pero cuando la felicidad parece lejana a todo pronóstico, a veces una colita milagrosa puede llenar el alma de mucho amor. Al parecer, esta pandemia se está modificando, ahora nos quieren afuera, en los gimnasios, en las tiendas, en los restaurantes. Parece que el encierro acabó. En cierto modo me alegro de que las personas llenen sus vacíos con el exterior, lo más probable es que sus inconscientes no se hayan podido hallar en la soledad, pero también es muy cierto que el encierro no es vida, y la cosa es que ahora no sabemos o no se que se hace con tanta “vida”.
Toda época fue particular, y ésta que me tocó no tiene ninguna tregua, son tiempos agitados, y también falto de amor. Me refugio en la música, en mis pseudo proyectos, en la calma del invierno, porque duro como es, pero me devuelve las ganas de parar la máquina, de descansar, de guardarme. Me resulta difícil a veces, pero lo intento.
Este año ha sido ganador, en otros términos, estoy aprendiendo y me siento muy cómoda con el silencio, con la humildad de la pérdida, no ha sido fácil llegar a este punto se aceptación, pero siento que si ha sido así, ha de ser la forma en que mi inconsciente busca aprender. Todo lo vuelvo en aprendizaje, la carencia, la soledad, eso ha sido duro, lo niego muchas veces y aparento pero no me gusta perder, quisiera estar acompañada y prefiero la abundancia, por lo tanto, no se si sufrimiento pero mucha observación, estoy contemplando cada situación difícil que me ha tocado, muchas veces he intentado revertirla pero no funciona así, parece q es 100% dejarse llevar, soltar y resignificar la incomodidad.
Sobre la luz que habita en mí, aún la siento pero estoy cansada, tengo unas ganas de tirar la toalla pero no se puede, no funciona así.
Siempre me pregunto que será de mí cuando lo único seguro que tengo ya se acabe, y cada día me preparo para ese dolor, pero como en todo disfruto y agradezco, no tengo más que hacer, la ilusión del control me persigue, pero soy una humana y necesito comprender, lo cual creo que no está bien del todo, porque la vida es así, muchos ciclos que se inician y terminan infinitamente.
Sobre la soledad, quisiera decir 2 ideas. Al principio, en mis treintas cuando fue la primera vez que apareció, me pareció muy peligrosa y ansiosa, me perseguía con mucha neblina, con frío y me observaba, hoy parece que está pero nos llevamos mejor, es más amorosa de lo que me imaginé, está al lado mío pero ya no es tan metida en todo lo que hago, me permite enfocarme en asuntos de mi interés, me agrada pero no la elijo, nos estamos haciendo amigas pero circunstanciales.
Desde que fui alguna vez al psiquiátrico como estudiante de enfermería, me vini un bajón, me deprimió la vida de aquellas personas que estaban enfermas de la realidad y vivían presas de la suya, pese a que me gustó aprender sobre ellos, me sentí incompetente e impotente de saber que no tendrían nunca un remedio. Ellos eran pacientes internados en estados de severidad importantes. Los que están entre nosotros, son aquellos funcionales que sabiendo que tienen algo, tienen la posibilidad de mantenerse compensados, estables, pero son estados complejos por que hacen daño a su alrededor, hace poco me enteré de una conocida que tiene TAB y pese a que la encontraba “especial” logré percibir que mi empatía es un imán de personas con diferentes grados de alteraciones mentales, y que es muy probable que mi falta de tino, me lleve a alterarme. Ahora que lo veo desde ese punto de vista, siento que es innecesario intentar tener una relación sana, y tuve tan poca lucidez en el pasado de no verlo así, que más de alguna vez me advirtieron ciertos trastornos de personas cercanas y yo simplemente amé, ciegamente hasta el punto de silenciar mi voz interior que me estaba avisando que no era por ahí. Hoy, lejana de aquello en parte, siento más paz, porque no tengo que lidiar diariamente con conflictos externos. Todo mi potencial es para mi misma, y en este egoísmo sano, siento que estoy más capacitada que nunca para identificar rasgos que no van conmigo.
Es cierto que una patología de salud mental no hace mala persona a nadie, pero hasta cierto punto creo que es preferible tener muy claros los límite, justamente estas personas son invasivas y asfixiantes, negativas y dominantes, y creo que muchas veces no fui suficientemente clara con lo que yo era como persona, fui vulnerable, carente de afecto, insegura, de baja autoestima, sensible y empática y eso me llevó a aguanta, soportar y postergar mis necesidades por personas que valen mucho, pero no era recíproco el vínculo. Hoy puedo decir que estoy sola, pero conmigo misma, y estoy feliz de la persona que soy, que tengo grandes anhelos pero por sobre todo, cada día agradezco tener vida y con eso lo tengo todo, porque no hay motivo más importante para vivir que aprender, y hasta aquí siento en mi corazón que he aprendido harto, hasta el punto de elegirme a mi, estar sola pero en paz, no soy feliz como antes, ya no hago las mismas cosas que antes, creo que en la pandemia he aprendido a estar conmigo, y quisiera ser bendecida con mucho amor y abundancia, pero está perfecto si estoy como estoy, algo hermoso está en gestación para mí, y está preparando su camino para llegar a mí, mientras tanto, estoy pasando la ola.
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